Sed Non Satiata
viernes, julio 31, 2015
Dreams come true.
lunes, marzo 09, 2015
Sueño.
Soñar a orillas del mediterráneo
con las blancas crines del caballo del profeta,
trepando hacia el paraíso.
Soñar ser el que sobrevivió a la tormenta
amarrado al mástil
con un sólo cabello tuyo.
Soñar las olas rompiendo en tus tobillos,
esperando la guía de las estrellas,
que se revuelven como fichas de dominó
orbitando entre suspiros.
Soñar con la piedra filosofal,
siendo devorada por bichos de antimateria,
la nada cada vez más eterna,
la eternidad cada vez más nada,
alejando lo cercano
y acercado lo lejano,
con la muerte tan inminente
pero más cargada vida,
el destino no sabría si darnos flores,
o arrancarnos la alegría.
Soñar y seguir soñando
para que no venga el olvido.
D.CH.
sábado, enero 24, 2015
¿Qué clase de días son estos?
¿Qué clase de días son estos?
que gritan ¡Vamos siempre adelante!
sentados en el sofá de la sala con las cortinas cerradas,
mirando una pintura de una puesta de sol entre las montañas.
me congelo en el asfalto hirviente
de las calles llenas de sol y de gente?,
con tanto vacío
y tanto frío
que traigo dentro
debería entibiar las calles
y vaciarlas de gente,
cubrir los espacios soleados
con este "tú conmigo"
que guardo en los bolsillos,
y que cada sombra a nuestro al rededor
revoloteara como mariposas en un campo florido,
y delfines púrpuras brincando entre nubes tornasoles
nos hicieran olvidar el gris urbano
que secuestra los paisajes.
tan en el tiempo y tan sin él?
Con un dios de mirada parca
que no se asoma ni para saber si ya hemos muerto
o seguimos respirando sus lágrimas derramadas,
que días tan inciertos,
que días tan sin dios,
tan de horas caídas en el tedio
de los programas televisivos,
con el ojo divino extraviado
en otras galaxias.
En que un sólo respirar
te puede llevar hasta varios años atrás,
cuando tus ausencias se prolongaban meses,
y llegar a esa ciudad amurallada con montañas
era como estar en esa otra galaxia
a donde si apunta su mirada dios…
y en otro respiro regresar,
con las manos llenas,
estando contigo creando cada mañana
en que te beso
y comienzo a andar las veredas
hacia el anochecer eterno,
juntos,
con la única certidumbre
que sin importar cuanto brille el sol
o cuan oscura sea la noche,
la sé,
la escucho
y la guardo
en el corazón.
martes, abril 01, 2014
Del color del silencio.
jueves, julio 11, 2013
La muerte del pensamiento
lunes, junio 10, 2013
Sin sombras
¿Qué noche tendríamos para descubrirnos
mirándonos el uno al otro sin mascaras diurnas?
¿Qué habría de mágico y misterioso si a todas luces
mis labios intentaran, como una tempestad caer sobre los tuyos?
Sin las sombras andaríamos como topos ciegos de luz,
con la mente en blanco, descolorida y huérfana.
no habría momentos en que en tu pecho se iluminaran
millones de “para siempre, quédate conmigo”.
Dios mismo confundiéndolo con una hoja en blanco
nos haría una pelotita y nos arrojaría al olvido.
martes, marzo 26, 2013
Reflejos en una Luna llena.
martes, febrero 12, 2013
Las ventajas de haber sido confundido con la menopausia.
viernes, septiembre 21, 2012
Dialogando con la Muerte.
!Oh muerte que un día me proclamaste príncipe,
hoy me arrojas como rey exiliado, fuera del mundo!
devorando los sonidos de la noche,
no quería ser uno más de los demás
ni siquiera ser yo mismo;
planteabas la idea del "no ser"
y cuando te pregunté: ¿Qué sería?
tu voz se volvió sepulcro,
¿Cómo es que pueda no ser,
si aún no alcanzo a ser yo mismo?
quieres acabar con la humanidad;
olvídate de las tinieblas,
del mar nocturno,
no imites más a la luna
con su pálido rostro de conejo crucificado.
aprende a ver la inocencia,
maravíllate con el abrir
y cerrar de tu mano
junto con todo lo que puede crear.
nunca seremos más de lo que somos,
porque ya somos infinitos.
sábado, marzo 10, 2012
Buscando encontré.
martes, junio 14, 2011
Caminar sobre la Sangre.
hay que caminar descalzo
con pies de buitre,
y esconder el corazón en un “nosedonde”,
arrancarse los ojos
y teñir de negro el alma.
Para andar sobre la sangre,
hay que aniquilar todas las esperanzas
y patear a la razón con botas militares,
nunca pensar en soles brillando
ni en noches iluminadas por la luna,
sólo fijar la mente en senderos
donde transiten miles de fantasmas sin nombre,
sonreír cuando la impunidad se carcajeé,
y saludar al lábaro patrio,
donde el escudo nacional se ha vuelto
un Tzompantli.
Para andar sobre la sangre,
hará falta taponearse oídos y nariz,
para no escuchar los aleteos desesperados
de la Libertad Alada siendo llevada
una casa de prostitución,
ni oler el cuerpo del águila pudriéndose
en medio del desierto,
esperando ser devorada por algún coyote.
Yo no sé qué tanto más haría falta
para caminar sobre la sangre,
pero no estoy dispuesto a hacerlo,
quiero ir por campos salpicados
sólo del rojo de las flores,
y tomar unas para llevarlas
a la tumba de mis muertos,
libres al fin,
tanto como yo
de abrazar ésta tierra,
sin miedos,
y sin llantos.
martes, marzo 29, 2011
Abismo blanco.
Espero sea tu voz la que escucho,
esa que se acerca con pasos inseguros,
moviendo el aire cuidadosamente
antes de avanzar otro poco,
deslizando sus pequeños pies
como si caminara sobre hielo.
Dime que ese murmullo entre los arboles
no es tu llanto que rompe los cristales del silencio.
Dime que no es por locura
que te escucho siempre acercándote,
que estas paredes blancas no guardan
el recuerdo de tu bello rostro,
que los gritos que escucho
no son el eco de tu voz
escurriéndose en los pasillos.
Querida hija mía:
¿Puedes leer en mis ojos aturdidos
esa palabra que por las noches
siempre te hacia dormir tranquila?
Ahora estoy ante este tribunal inquisidor,
buscando los retazos de mi alma
entre la multitud.
¿Por qué estrangularlas?, preguntó el juez.
Alguien robo mi pequeña planta,
la tomaron de mi ventana,
esa planta guarda mi espíritu
y me despojaron de ella.
¿Por qué tenía que perder la razón?
No entiendo lo que sucedió,
apenas llegó la noche
y no supe de mí,
una ira espesa nubló mis ojos,
corrí hasta que encontré a esas jóvenes
jugando en el callejón,
intercambiando flores
y riendo entre ellas,
no lo pude soportar.
Para cuando recupere la visión,
ya estaba en prisión,
donde dicen que mordí a un guardia
hasta arrancarle la nariz;
como saber que no son mentiras
las que me dicen esos hombres
de bata blanca.
¿Lo sabes?
Dime que no es tu voz la que ya se aleja,
esa que suena con odio y rencor,
dime que no son esas tus pisadas,
las que retumban por los corredores,
dime que esas jeringas no son
para envenenarme más,
solo dímelo una vez,
antes de que te pierda
y me pierda por completo,
en este abismo pintado de blanco.
martes, marzo 22, 2011
El Prisionero noctívago.
Con el destino errado,
no hay mucho que decir,
sólo sentarse y dialogar
con todas las sombras que me rodean
hasta encontrar la que más se parezca a mí.
Algunas quizás se preguntarán:
- ¿No eres tu aquel que gritaba, "¡Dios está ausente, gocemos!"?,
acusándome de la ligereza de mis palabras,
otras solemnemente saludarán,
y apartarán sus finas siluetas del camino,
mas sus rostros grabados en la piedra
se quedarán ahí,
llorando.
Las sombras del desprecio
recorren ya las esquinas del palacio,
con la luz de la luna van
riendo a carcajadas,
murmurando bajo el escudo de armas
de mi casa, el cruel destino
que me espera.
Le pido a la luna,
que me lleve en un carruaje
donde las ruedas sean espirales
de sensaciones,
que me conduzcan en suspiros por subidas
y bajadas por los confines de la mente,
no quiero más ésta lucidez
que me aprisiona.
Quiero estar libre de versos
y de velos que bailen
con ésta brutal poesía,
sin mascaras,
ni falsos latidos,
que se hundan las alegorías
en tus labios
que no besan los míos.
Quiero en una noche,
Despertar…
Sin estar dormido.
jueves, enero 20, 2011
Anoche soñé.
quizá como este tiempo al que me aferro
en mutismos que escandalizan a las estrellas,
arrastrando sus horas malheridas
entre sombras sempiternas,
donde rondan dragones y súcubos.
Me volví un pasajero más de la noche,
persiguiendo a la luna
con todas sus visiones,
ávidas de un sorbo de su luz radiante,
tan imponente,
que sus lobos aparecen apenas brota.
Y en esa noche gris
he venido descubriendo las siluetas
de suspiros naufragantes,
mezclados con escombros de murallas
construidas en el fondo de los ventrículos,
allá donde el eco de mil voces nunca cesa.
Por fin mi reloj cae a pedazos,
el tiempo no es lo que sobra,
ni los lobos corren con mi "yo" salvaje
buscando la libertad en un aullido,
vagan hambrientos en la frialdad
de este invierno que nieva tu ausencia,
cantando a la luna versos grises
que la alumbren;
no tengo construidas catedrales
con cruces ajenas,
pero poseo un reino en la planta de los pies
donde florecen tus sonrisas
en campos abiertos,
en que caballeros
de armaduras relucientes
desfilan entonando tu nombre,
con un "Te amo", como punto final.
martes, septiembre 21, 2010
Demonio interior
Hay un demonio agitándose en mi interior, está muriendo de soledad en un oscuro paraje de mi corazón que lo arropa con sabanas negras, como preparándose para el luto de su partida; las lágrimas que brotan de sus ojos son pequeñas flamas grisáceas que bajan de sus mejillas, van cargando un pequeño migajón de tristeza, arrastrando sus delgados piecitos, para ir a depositar su carga dentro de una grieta en el suelo a pocos pasos de él, cada migajón hace brillar más la luz que de su interior brota.
Suaves voces se mezclan con el aire, cánticos lejanos de épocas olvidadas, los árboles del bosque de mi alma susurran, discutiendo bajo cuál de ellos reposará el cadáver del demonio, pues todos temen convertirse en él. El demonio los contempla temblando de frió y también de muerte, extiende su mano hacia ellos, señala a uno, al instante todos enmudecen, sintiendo ese nudo en la garganta previo a un llanto largo y amargo de despedida eterna.
El demonio es llevado al pie del árbol elegido por dos ciervos blancos de cornamentas enormes, lo colocan entre las raíces boca abajo con los brazos extendidos como abrazando la tierra, y lo despojan de la sabana negra que lo cubre. Sus lágrimas se reúnen entorno suyo y una a una, van depositando una pequeña flor color escarlata de pistilos dorados, pronto todo su cuerpo está lleno de flores, una luz corta las sombras del árbol, abriéndose paso hasta el montón de flores que queda totalmente iluminando, con los pistilos centelleando en todas direcciones; las lágrimas empiezan a desaparecer como terrones de arena estrellándose contra una dura roca, se van riendo y el eco de sus risas crea una melodía de arpas y violines, luces de colores inundan el ambiente que empieza a entibiarse en el mismo instante en que de las flores escarlata surge un corcel plateado, sobre el que viene montado un caballero de armadura, portando un estandarte con la figura de un sol sobre un roble blanco pintada en él.
Del demonio que antes fui – comenzó diciendo el caballero, con voz etérea – la codicia y maldad se han transformado en generosidad y nobleza, nada hay bajo los pies de mi caballo que no tenga semillas sembradas de libertad, pasé mis primeros años de vida entregado al odio irracional, al goce egocéntrico de una ira desatada sobre todo lo que a mi paso se cruzó, y sin embargo en mí, habitaban esas lágrimas, que se duplicaban todos los días para distribuir la carga que llevaban, hasta que de tantas que fueron, comencé a morir, y en mi agonizante descenso al palacio de la muerte encontré las palabras que me trajeron de vuelta, y vengo para compartirlas:
Perdón…– dijo calmadamente, y lo repitió siete veces.
Luego de eso nada más se escuchó, sólo el sonido del viento acariciando los pastizales.
martes, julio 13, 2010
Crónica marina
vigilante abordo,
tu sonrisa diáfana
da la bienvenida al mar abierto,
a batallas sin tregua
con la enmienda
"Triunfar o morir"
que grita valerosa
la tripulación.
Orgulloso marinero, de blancas ropas
como las crines del viejo Pegaso,
transporta mis sueños a buen puerto,
deja que el abismo
en las noches de altamar me envuelva,
que las estrellas dicten los cuentos
que meciéndome habitaré
en el oleaje calmado
del pecho de mi amada.
Orgulloso marinero,
iza las velas del barco
ahora que mis ojos languidecen
como una calma marea,
que el levante revuelva mis pensamientos
con las gaviotas,
arranca inclemente el ancla del corazón de Tetis,
no quiero encallar en mis silencios.
[Edición: ahm]
miércoles, junio 02, 2010
Memorias de sombreros I
a veces pareciera que asomas la mirada
al doblar la esquina,
te sigo,
y cuando creo encontrarte te has ido.
Me doy cuenta que no es tu rostro,
el tuyo es sólo un recuerdo lejano
apretujado entre mis memorias para salir a flote.
A veces utilizo tu sombrero,
escudriñando cada fibra,
cada forma,
para encontrar algún recuerdo
que se haya quedado extraviado dentro,
pero todo fue borrado
y no queda nada de ti.
Entonces pienso:
algún día yo también he de ir a ese lugar,
donde todos nos volvemos nada,
donde irónicamente dicen,
nos unimos al todo.
Te fuiste con la noche,
pero me dejaste la Luna
entre las manos.
martes, agosto 25, 2009
Mezcaline Bar
estaba en el bar Mezcalina
esperando que volviera el cantinero,
me sentía glorioso,
todo era estupendo aquel día;
volvió tras unos instantes,
entonces
tomé mi propio trago de cicuta;
no entendí que paso después
pero ahí supe que dios no lo sabe todo,
porque cuando estuve en su presencia
me miro asombrado y dijo:
-¿Qué demonios estas haciendo aquí?
¡Te necesitaba allá!-
Y respondí,
no lo se,
fue algo que pasó,
yo solo sabía que ella, la muerte
llegaría pero…
Y pensé en voz alta,
¿Cómo que no sabes que hago aquí?
Desde entonces estoy preso
en un salón del paraíso
donde guardan los desaciertos del grandísimo,
por suerte estoy entre filósofos, científicos
y hasta la tía Chofi de Sabines está aquí,
todos a la sombra del gran árbol
que alguna vez estuvo en el jardín del Edén.
Estamos custodiados por ángeles
que nos sonríen en todo momento,
no se si a veces les da por llorar,
porque esos días ríen más que otros
mas sus ojos se tornan oscuros
como tardes lluviosas.
Quisiera volver al mundo
y vivir,
ahora si,
los excesos del pecado.
viernes, julio 24, 2009
Metztli
siempre transitando en círculos,
no imaginas lo amargo
que es amodorrarse
todas las noches entre las sabanas,
sintiéndote cada vez
más alejada de mi
tiritando
en esa lúgubre rasgadura del espacio
que guarda mis sueños.
A veces entiendo tu ausencia de este mundo
plagado de rabia,
porque el hastío
también ha habitado mi corazón,
pero otras veces sólo siento
un odio encolerizado hacia ese cielo raso,
vacio de ti.
La muerte se ha vuelto
la bufonada común
de los cuentos infantiles;
en tiempos lejanos
éramos hermanos
bailando entre cuerpos secados al sol
ofrecidos en sacrificio,
hoy ni siquiera
puedo retomar mi mordaz
pasatiempo de robar almas.
¿en cual de todas las realidades
estamos extraviados,
en cual estas tu
y en cual yo?
Ya vuelve Apolo envuelto en su brillantez
y de ti no he sabido nada.
lunes, marzo 02, 2009
A La Luna.
si en el destierro andabas,
y las nubes nos prohibieron volar juntos,
o por que mi memoria al caer la noche
te descubre alumbrando las veredas
de mi mente?
Mis alas
se esfuman con tu mirada
y caigo cuando más me acerco a ti,
te veo ahí orbitando
entre flores,
abrazando ilusiones
o fantasmas
que aún ríen de la muerte
bufoneando en disfraces blancos,
con voces huecas
como goteras
en casa abandonada.
¿Te veré en mis sueños esta noche?
Hoy, iré a dormir temprano.
martes, febrero 17, 2009
Fantasma.
que tu respiración retorne,
que las lágrimas de mi madre cesen
junto con su desesperación,
estoy cansado de estas agonías
de tantos ires y venires
sin encontrar respuestas.
Estoy clavando las manos
en las arenas del desierto,
tratando de combatir sin armas
y sin esperanzas,
escucho tus palabras
y dentro de ellas
la voz de la muerte que
intenta reclamarte como suyo.
Tu rostro se difumina
con cada latido irregular
de tu pecho que se acelera
cuando intentas caminar
dando tumbos por la marmoleada
tumba del pasado,
y en tu andar, los rostros
de los nueve se desvían
como palmeras
azotadas por el huracán,
también ellos están envueltos
en sombras.
Las cadenas no sirvieron,
la impotencia fluye sin
encontrar murallas,
y de los caballeros
que protegen el castillo
nada se ha sabido,
todo está oscuro
desde hace varias semanas;
el fantasma comienza a nacer,
la muerte ya celebra,
lágrimas ocultas queman
mi yelmo de papel,
no hay más que hacer
tan solo esperar,
y mirar hacia al horizonte
escudriñando en la nieve
de los volcanes,
donde se perdió el amanecer.
jueves, enero 08, 2009
El hechizo de Silverius.
Caminaba en círculos alrededor de la hoguera en silencio, con millones de ideas y de imágenes rondándole la cabeza, su vida y todo lo que había perdido era lo que más le venía al pensamiento, trataba de entenderlo, de buscar una razón que no fuera solo el acto vil del cual había sido víctima, pero no hallaba nada que pudiera detenerlo en ese momento en que todavía algo de su ser le decía que debía perdonarlos. Pero no pudo encontrar nada que le hiciera cambiar de opinión.
El viento arreciaba y hacia silbar las hojas de los árboles, en la casi impenetrable oscuridad se podían ver remolinos de polvo levantándose como viejos magos que vienen a presenciar el acto, parándose solemnemente frente a él, saludándolo y luego esfumándose.
Se detuvo bruscamente, dirigió su mirada hacía los cuatro vientos y levantando poco a poco la vista al cielo, comenzó primero susurrando palabras apenas entendibles, elevando el volumen de su voz cada vez más; las llamas que al principio eran pequeñas fueron aumentando su tamaño conforme sus vocablos sonaban con más fuerza.
Apretó su viejo bastón con vigor y gritó:
“…Astachoth, Tzabaoth, Adonai, Agla, On, El, Tetragrámaton… en SAL y AGUA se convertirá…”
El fuego se consumió en ese momento, y el viento dejo de soplar, un humo blanco y brillante comenzó a salir de entre las cenizas, meciéndose suavemente, en la punta de la columna de humo se formó la cabeza de una serpiente. Su mirada se posó fijamente en el rostro de Silverius, los ojos de la serpiente se iluminaron y dijo con una voz siseante a la vez de sepulcral, - ¡sal y agua!- y se fue deslizándose entre los matorrales.
La noche volvió a la calma, Silverius estaba de rodillas mirando el suelo, su cuerpo temblaba a pesar de que el frío se había ido, sus dedos estaban clavados en la tierra y su bastón se había reducido a unos cuantos trozos de madera. Sintió la pesadez de su cuerpo, como si llevara una gran roca sobre la espalda que le impedía erguirse, sudaba tanto que el sudor le comenzaba a nublar la vista, y luego de un par de minutos de luchar consigo mismo para levantarse cayó inconsciente.
El sol ya estaba en lo alto, y la brisa de la mañana comenzaba a evaporarse de las hojas, lentamente abrió los ojos y comenzó a reconocer el lugar, se levanto con el cuerpo adolorido como si la noche anterior le hubieran puesto una golpiza y se fue a casa. Al llegar su esposa Joan lo esperaba sentada bajo el alcanfor donde hacía tortillas en el comal, y sin mirarlo le dijo – Haz condenado a toda tu descendencia Silverius. – y siguió haciendo tortillas.
En años anteriores Silverius había estado trabajando para una compañía multinacional de telecomunicaciones, pero fue despedido al ser descubierto tratando de falsificar unos documentos para que su tío Petronax, que estaba gravemente enfermo pudiera recibir la atención médica que necesitaba. Abatido y desesperado al no poder hacer nada para salvar a su tío, Silverius comenzó a trabajar como albañil construyendo una barda de piedra en una hacienda cercana a su casa, ya que los dueños de la hacienda eran dueños del hospital en el que su tío sería recibiría las atenciones necesarias para curar su padecimiento, y al realizar el trabajo ellos le había prometido que en pago admitirían a su tío y absolverían los gastos.
Silverius era el sobrino favorito de Petronax, pasaban mucho tiempo juntos y eran grandes amigos, toda su confianza estaba depositada en él, incluso le había dicho que cuando el muriera le cedería sus tierras, por que él sabía que sus propios hijos lo dejarían solo en el momento que más necesitara de ellos, además de que eran demasiado despreocupados y vivían solo a costa de él. Pero en el momento en que su tío se encontraba al borde de la muerte Silverius no pensaba en otra cosa que no fuera salvar su vida, no quería que su mejor amigo se fuera de su lado.
Una mañana fue a visitarlo al hospital; usualmente al llegar las enfermeras lo saludaban, incluso el guardia de la entrada corría hacía él para darle los buenos días, pero esa mañana todos desviaban sus miradas, el aire estaba extraño, helado, y no sabía porque al cruzar el umbral su corazón había comenzado a latir rápidamente, llego a la habitación 80, y su tío ya no estaba ahí, sobre la cama estaba únicamente un papel que decía que debía pasar a reclamar el cuerpo al anfiteatro y llenar ahí el papeleo correspondiente.
Días mas tarde después del funeral de su tío Petronax , fue a visitar a su ahora viuda tía de nombre Isabella, pensando que sería bien recibido como en otro tiempo, mas se topó con la sorpresa de que ahora sus primos y su tía lo miraban con enojo y recelo, sabían que el había sido nombrado como heredero de las tierras de su tío, pero no había papel alguno que lo avalara. Su tía le salió al paso y le dijo – Ya no eres bienvenido en esta casa, vete y ni pienses que tendrás nuestras propiedades. – mientras levantaba la mano señalándole la puerta.
Silverius no lo comprendía, después de haber hecho tanto por su familia recibía una estocada en el corazón, su visita que no tenía intenciones de reclamar nada de lo que su tío le había prometido se había convertido en un suceso ennegrecido con el odio de toda una familia, que marcaría todo lo que estuviera por venir. Cruzó la calle, se detuvo y volteó a ver por última vez la casa donde muchas veces había recibido el acogimiento de sus habitantes, su mirada reflejaba desconcierto y en el fondo comenzaba a crecer una terrible sed de venganza. – ¡Ya lo pagarán! – gritó, y luego continuó su camino.
martes, enero 06, 2009
Tanto para nada
las mismas hojas
flotando en el río,
que debería de importar
si al final todo es parte del ciclo,
de la transitoriedad del ser
y del olvido constante.
Sólo contemplaré el amanecer,
y crearé divagaciones
acerca de las nubes
esperando que este delirio termine,
y entonces volveré a nacer
ahora en un arenal
donde las abejas no
aguijoneen mi corazón,
ni el mar iracundo
cabalgue con sus olas
libremente sobre
los espacios abiertos de mi mente.
Quizá sea que espero más
de un dios que de mi mismo
para ponerme de pie
y retomar el camino,
de ahí el anhelo de una resurrección
o del total desprecio
por la memoria antigua...
Y ahora que lo pienso,
puede que todo sea causa de una
Coca-cola un tanto pasada.
miércoles, diciembre 17, 2008
El retorno de la blasfemia
con el fuego de la rebelión
de esta magia secreta,
para develar el misterio
de tus ojos,
envuélveme en tu pelo
negro noche,
donde mis alas desgastadas
vuelven a tomar fuerza.
Báñame de tu mirada
profunda que guarda
en si todos mis tesoros,
pero libérame de la inútil
vestimenta de frágil piel
que amarra mi espíritu
a esta tierra yerma.
Princesa vikinga
que enmarcas inviernos
tan añorados,
descarga sobre este mundo
la más terrible blasfemia
que también es la más clara verdad,
regrésame el suspiro perdido
y el calor del sol negro,
que mi corazón de lobo
esta ansioso por volver a la vida;
y que en el aullido
de mi resurrección
se pronuncie:
¡El infinito vive en ti!
martes, octubre 21, 2008
No estoy dispuesto.
casi a punto del escándalo
no suelo detenerme a mirar
un atardecer ,
a menos que me traiga
un recuerdo añejo.
Hablo de mí,
porque no me queda nadie
en este mundo,
más que los demonios
que se corretean por las
incontables puertas de mi casa.
A veces me trago las palabras
para llenar el vacío
que una ausencia me ha impuesto,
y saciar al viejo junkie sediento
de falsas poesías existenciales.
Me gusta vagar
por la línea que no es ni mar ,
ni playa,
donde la luna renace
y la tumba de mi corazón
se abre para recibir su luz.
He llegado al final,
y todavía no estoy dispuesto
a cruzar el umbral de la conciencia
ni a dormir eternamente en el
silencio de lo cotidiano.
jueves, julio 24, 2008
y me dispuse sólo a observar
veía las flores despeinadas
de la orilla de la avenida
la gente de miradas divagantes
rostros mudos que asoman
las ventanas de los trenes
gotas de lluvia que esperan pacientes
la noche para caer sin apresurar
su evaporación.
Sentí las cálidas caricias del Sol
en amaneceres de verano,
cuando al aparecer de poco a poco
va calentando mi espíritu.
Había dejado de pensar
y el cielo abrió los ojos
estrellas y galaxias brillaron la mañana
el murmullo se volvió silencio
mi latido se hizo uno con el mar
y entonces… fui libre.
[re-editado]
martes, julio 08, 2008
Eternizando
ni serán nombrados aquellos que son prohibidos,
la luna no mostrará su rostro oscuro
ni los lobos perseguirán al sol.
Ésta noche sólo habrá silencio,
nos perderemos en lo mas profundo de la sierra,
caminaremos descalzos,
y nuestra madre borrará las huellas.
Nuestro nombre será guardado
bajo el manto de Mikha-El,
la guerra nos perseguirá
y no habrá por mucho tiempo
noches cálidas, ni días soleados,
el martillo del hechicero caerá,
las cadenas se romperán,
y no habrá magia ni rito pagano
capaz de contener la luz verdadera.
Pero llegará el día en que volveremos,
como los hijos del Iztaccíhuatl saldremos
de su vientre portando el estandarte del sol
sobre nuestras cabezas,
la tierra de nuestros ancestros
nuevamente nos pertenecerá,
la noche será plena,
sin tristezas ocultas,
ni miradas ajenas que espíen el alma.
Ésta noche no habrá más palabras,
solo silencio…
viernes, mayo 23, 2008
Sobre la demencia solitaria.
que te observa atentamente
respirando pausado
mientras intentas correr lejos,
las piernas se volvieron piedras;
sigues ahí,
temiendo,
deseando despertar
pero más despierto seria indefinible.
Él descubre en tu mente la visión
de una verdad oculta,
guía tus ojos sobre todo tu rostro
y cada poro de pronto se percibe
como los cráteres de la luna,
Una lágrima los recorre,
la tiranía de la soledad cubre
con sus alas las arrugas que
dibujan tu semblante.
Palabras que se difuminan,
que agotan sus significados
sin hallar respuesta;
un valle de sueños perdidos,
recuerdos malheridos
que se arrastran
entre árboles llorones,
cansados de divagaciones
esotéricas.
Diálogo de suspiros,
la danza emerge furiosa
cobijada por la noche joven,
delirante,
plagada de miradas perdidas
que titilan como estrellas lejanas,
nuevos aprendices del arte de Rastelli
moldean llamas con formas indescifrables,
sentidos transformados en vapor.
El grito revolucionario quiebra el frío,
¡Tierra!
¡Patria!
Nación cannábica
en busca del contrasentido
de la paz,
y de voces del pasado
aferradas a la roca selvática.
El espejo cae en mil pedazos,
un abismo se abre
para escupirte una masa informe
de realidad,
el sol atraviesa la habitación,
la sombra ha sido arrancada
de tus ojos…
lunes, enero 14, 2008
Luz (no) Perpetua.
condenados a vagar
por el duro camino de la mortalidad,
rodeados por una aura,
vestigio último de su pureza.
Con el inevitable deseo
de liberarse de la carne,
extender las alas del alma,
y volar de vuelta al paraíso.
Hambrientos de amor,
de paz en el corazón,
necesitados de esperanza
y de fe.
Inmersos en una búsqueda continua
del conocimiento primigenio,
que ahora se halla perdido;
La divinidad,
lo metafísico,
lo paranormal,
la ciencia…
Todos los conceptos creados,
con un propósito:
el encuentro consigo mismos,
y su existencia
dentro este orden cósmico,
que se mueve y respira
dentro de las márgenes del tiempo
y la eternidad.
Ángeles con sombra,
hechos de barro,
frágiles y corruptibles,
trastornados por el poder
y la riqueza,
o deformados por la pobreza,
y el hambre;
pero todos provistos
de un espíritu que sueña,
que imagina,
que llora,
y que ríe.
Ángeles que han dejado de serlo,
para vivir, y morir
bajo su propia
voluntad.
viernes, enero 04, 2008
De huidas y despedidas.
— ¡Se nos va!— dice una voz llena de preocupación y ansiedad, que hace que todo mi cuerpo se cubra de un piqueteo nervioso que me hace saltar de la cama, de mi propio cuerpo y salir de la habitación, sin pensar en nada mas que en detener eso que “se nos va”.
Evitar que algo suceda es casi siempre la opción mas saludable, pero en estos casos el siquiera negar que pueda suceder, es dar paso apresurado a que el sueño se vierta sobre mis pasos, transformando esto que ahora temo en algo que por siempre odiare.
En mis ojos todavía sigue clara su imagen corriendo entre la gente alejándose cada vez más, sin detenerse ni mirar atrás, avanzando con paso decidido hasta perderse finalmente por las calles que apenas puedo reconocer. Me detuve a preguntar si alguien la había visto pero por el lugar nadie vio a una persona con su descripción pasar por ahí, todo es aun más confuso y extraño. He dejado de correr.
Ahora que me detengo a pensar en todo lo que pasó, me doy cuenta de que el término de algo no es necesariamente el corte final para todas las cosas, sino el inicio de algo nuevo, el comienzo de una realidad que aunque es avisada en ocasiones por los sueños de que se avecinan cosas terribles, también es cimentada por los mismos, para ayudar a no cometer errores que serán luego irremediables, y que sobre esta realidad nueva que llega cada mañana al despertar se puede hacer mucho por llegar a mejorar ésta vida que paso a paso va cambiando.
Todos cambiamos sin lugar a dudas sobre nuestra manera de ver las cosas en la medida en que vamos teniendo experiencias propias o ajenas, pero no todos actuamos conforme a estos cambios, a veces es la simple forma en que estamos acostumbrados a actuar, otras porque nos resistimos demasiado al cambio, y creemos que es mas fácil seguir como hasta ahora sin realmente proponernos a realizar esos pequeños esfuerzos que nos ayudarían a mejorar este paso transitorio por la vida.
viernes, agosto 31, 2007
Muere la Luna
alguien susurraba al pasar,
no hay ya noches buenas,
solo el oscuro y silencioso
pasaje hacia el día siguiente,
la luna ha caído,
y el sol ignorante de su muerte,
pasea del otro lado del mundo
inmerso en el coqueteo marítimo
de su reflejo,
con la vena abierta
y el corazón quebrado en mil,
solo las hadas velan su cuerpo,
la noche muere con ella
y los sueños también,
todo es una oscuridad sin nombre
un hueco en el pecho,
ésta noche no puede ser buena
el abismo se ha abierto sobre el mundo,
ojala estuvieras aquí…
jueves, agosto 23, 2007
Azul
de un campo de melancolía,
donde un viento de duda acaricia
las hojas de la flor
que apenas amanece al mundo,
una inquietud crece en mi mente...
¿Dónde termina el cielo?
si el tiempo es tan liviano
como lo es el aire,
tan profundo e inexplicable
como la existencia de la divinidad.
¿Dónde termina el cielo?
si no hay ojos que alcanzan a cubrirlo,
y la vida no presta segundos
que sirvan para caminar por el viento
hasta alcanzar el final del cielo.
¿Somos parte de ese final
tan aterradoramente ansiado?
Quizá solo somos un espejo de la vida,
una realidad alterna,
el final de un oscuro pasaje,
o el éxtasis de un sueño
del que nadie tendrá memoria,
un bosquejo de la vida
arrojado en la papela de Dios.
Tu vestido blanco ondea en la distancia,
como bandera libertaria avanza
trayendo las respuestas,
la carne no existe mas,
el color de las flores lentamente se desvanece,
las piedras bajo mi espalda no causan más dolor,
finalmente puedo ascender por el espacio
alejado de la tragedia del tiempo
condenado a marchar eternamente junto al sol,
el final se aproxima...
Te descubro mirándome fijamente mientras dices:
–¡La tarde ha caído, levántate regresemos a casa! –
viernes, junio 22, 2007
Ciclo de vida
cuando las tempestades se encuentran,
ambas se entrelazan en una batalla,
como dos jóvenes amantes que sufren la pasión
y se despedazan entre sí.
La muerte espera con mirada de placer
a la orilla afilando la guadaña,
mientras un ciclón se forma con violencia
para luego ir a entregarse tontamente
a los puños de la montaña,
que silenciosa apaga los briosos ánimos de la pelea,
consumiendo hasta el último deseo.
Así lo que nació del amor con una fuerza cósmica,
Se va apagando en la ingratitud del tiempo,
opacando los destellos de alegría con esporas
que vuelan por un cielo teñido de monotonía.
miércoles, junio 13, 2007
Emily
Sus padres se preguntaban que haría tantas horas a solas, pues casi no salía a jugar con otras niñas, no desde hace siete meses y desde ese entonces no quiso salir a jugar más con los chicos del muelle, aunque a diario viene Reneé, su mejor amiga a platicar con ella, siempre en secreto bajo el árbol del patio trasero. Nadie sabe de que hablan, solo que después de que Reneé se va Emily sube corriendo a la colina.
Cierto día, después de que Reneé se fuera, Emily entró corriendo a su habitación, luego de buscar por todas partes su paraguas el que por cierto media casi tanto como ella de altura, y echo a correr hacia la calle, se perdió de vista para su madre que solo pudo llegar a la puerta de la entrada y verla desaparecer entre la tienda de fruta y el callejón Mc Gloin. Casi sin respirar llego hasta una esquina donde ya la esperaba Reneé que llevaba un banquito que había tomado prestado del tocador de su mamá.
Caminaron calle abajo sonriendo y cantando alegres, hasta que llegaron al muelle numero 28 donde se detuvieron como paralizadas por un rayo mortal, varios minutos sin decir palabra alguna, con una mirada de asombro como si hubiesen visto abrirse el cielo ante ellas. Después de unos instantes, Emily tomo el banquito y lo puso al lado de un poste, se trepo y fue extendiendo el mango del paraguas con su pequeño brazo que apenas tenia fuerza para sostenerlo. Finalmente y después de varios intentos los alcanzó.
Por fin, los mantenía balanceándose de los cordones, como un héroe de guerra que agita su estandarte cuando ha conseguido la victoria. Tenía nuevamente esos tenis, de los que durante las noches en la distancia solo podía ver unas titilantes lucecitas que se encendían en sus suelas, y la lengua de sus tenis al mecerse con el viento mas desconocía el lugar exacto donde podrían estar.
Reneé, quien su padre era comerciante y hacia entregas a sus clientes aprovechaba para ir por las calles buscando los tenis de Emily que había estado muy deprimida tras haberlos perdido en la playa el último día que salió a jugar con sus amigos. Por rumores sabía que alguien, posiblemente Alberto, un niño al que nadie quería cerca porque era insoportable y siempre les quitaba los juguetes o escondía los zapatos de los demás niños, era quien los había tomado.
Y esa vez no había sido la excepción, él sentía envidia de Emily que aquel día había llegado corriendo muy alegre mostrando sus tenis nuevos a sus amigos; Alberto que ardía de envidia miraba y esperaba un descuido para robar los tenis nuevos. Y así pasó, al primer descuido Alberto tomó los tenis y echó a correr, sin que nadie se diera cuenta hasta que llegó la hora de irse a casa.
Emily regresó a su casa desconsolada, se encerró varios días a llorar en su habitación, hasta que Reneé le prometió que la ayudaría a buscarlos.
Ahora su sueño de recuperarlos se había vuelto real, cuidadosamente los iba trayendo hacia ella, ya queriendo ponérselos nuevamente, pero al mirarlos bien una vez que los tomo con ambas manos un par de cabecitas asomaron desde dentro, eran unas pequeñas golondrinas recién nacidas, su madre había encontrado en los tenis un hogar confortable para sus crías. Estaba en un dilema, los tenis que tanto había deseado tener de vuelta y esas dos caritas de ojos grandes que le lloraban por un trozo de comida.
Emily aún sube la colina a mirar las luces de sus tenis meciéndose con el aire y de vez en cuando deposita un trozo de pan bajo el poste del muelle 28.