jueves, agosto 23, 2007

Azul

Sumido en calidas hierbas
de un campo de melancolía,
donde un viento de duda acaricia
las hojas de la flor
que apenas amanece al mundo,
una inquietud crece en mi mente...

¿Dónde termina el cielo?
si el tiempo es tan liviano
como lo es el aire,
tan profundo e inexplicable
como la existencia de la divinidad.

¿Dónde termina el cielo?
si no hay ojos que alcanzan a cubrirlo,
y la vida no presta segundos
que sirvan para caminar por el viento
hasta alcanzar el final del cielo.

¿Somos parte de ese final
tan aterradoramente ansiado?
Quizá solo somos un espejo de la vida,
una realidad alterna,
el final de un oscuro pasaje,
o el éxtasis de un sueño
del que nadie tendrá memoria,
un bosquejo de la vida
arrojado en la papela de Dios.

Tu vestido blanco ondea en la distancia,
como bandera libertaria avanza
trayendo las respuestas,
la carne no existe mas,
el color de las flores lentamente se desvanece,
las piedras bajo mi espalda no causan más dolor,
finalmente puedo ascender por el espacio
alejado de la tragedia del tiempo
condenado a marchar eternamente junto al sol,

el final se aproxima...

Te descubro mirándome fijamente mientras dices:
–¡La tarde ha caído, levántate regresemos a casa! –

No hay comentarios.: