martes, abril 01, 2014

Del color del silencio.



Hay silencios del alma que saben a palabras definitivas,
a óxido de guadaña
y a la negrura que de pronto cubre el plumaje del gavilán
al dar su último suspiro hundiéndose entre nubes grises,
hasta fondo de un olvido púrpura
que duele como moretón en los pómulos,
ese dolor que impide reírse
o abrir la boca para decir alguna palabra.

Hay silencios atorados entre el sueño y la vigila,
que toman forma de bultos negros
parados en la cabecera recitando poemas indescifrables,
como versos ocultos entre el sonido de las olas del mar.

Pero también hay silencios como ladrillos
que uno a uno van formando el refugio
donde guardo tu mirada primera del día,
esa de cuando nos decimos lo que soñamos sin hablar siquiera,
de cuando nos sabemos ausentes aún de este universo,
pero juntos en todos los demás.

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