lunes, abril 03, 2006

Cuando no aceptamos

Cuando no aceptamos, nos enloquecemos un poco,
y es como estirar los pies para comer un pay de queso,
con el café en una mano y la cuchara en la otra,
obsesionados en que la cuchara siempre venga llena
y las horas, no pasen sino hasta que la luna se hunda
en las líneas de luces indiferentes, sin rastros de vida.

Cuando no aceptamos, nos morimos un segundo,
mientras vemos el romper de las olas en el malecón,
caminando a la orilla de la larga avenida,
con el sol enrojecido, y la brisa fresca de la tarde
que revuelve nuestros solitarios cabellos,
con el salado aire de una mente llena de dudas y
desconciertos.

Cuando no aceptamos, nos caemos de espaldas
entre el matorral espinoso de la miseria,
y el cactus nebuloso de la necedad,
queriéndonos poner de pie, descubrimos que
el no aceptar, es una llaga abierta que hunde
espinas voraces en el cuerpo, y corta con navajas
las plantas del pie derribando cada sueño,
cada espacio atemporal de felicidad que guardamos
en el Alma.

1 comentario:

Elisa de Cremona dijo...

sí... así es..
cuando no aceptamos nos morirmos un poquito..