martes, agosto 25, 2009

Mezcaline Bar

El día de mi muerte,
estaba en el bar Mezcalina
esperando que volviera el cantinero,
me sentía glorioso,
todo era estupendo aquel día;
volvió tras unos instantes,
entonces
tomé mi propio trago de cicuta;
no entendí que paso después
pero ahí supe que dios no lo sabe todo,
porque cuando estuve en su presencia
me miro asombrado y dijo:
-¿Qué demonios estas haciendo aquí?
¡Te necesitaba allá!-

Y respondí,
no lo se,
fue algo que pasó,
yo solo sabía que ella, la muerte
llegaría pero…
Y pensé en voz alta,
¿Cómo que no sabes que hago aquí?

Desde entonces estoy preso
en un salón del paraíso
donde guardan los desaciertos del grandísimo,
por suerte estoy entre filósofos, científicos
y hasta la tía Chofi de Sabines está aquí,
todos a la sombra del gran árbol
que alguna vez estuvo en el jardín del Edén.

Estamos custodiados por ángeles
que nos sonríen en todo momento,
no se si a veces les da por llorar,
porque esos días ríen más que otros
mas sus ojos se tornan oscuros
como tardes lluviosas.

Quisiera volver al mundo
y vivir,
ahora si,
los excesos del pecado.

2 comentarios:

Alas rotas dijo...

Me llevas???

Dovhdovh dijo...

Imaginativo.

Mucho gusto.